Muchas veces comemos fuera de casa ya sea por placer o por necesidad. Pero debemos aprender a elegir bien los alimentos que tomamos de la carta que nos ofrece el restaurante sin no perder de vista los nutrientes que necesita nuestro organismo.
Debemos elegir nuestro menú, siempre pensando en las calorías que vamos a ingerir, lo que nos apetece saborear y sobretodo lo que vamos a cenar después en casa para poder compensar lo que hemos ingerido demás y no perder nuestro equilibrio nutricional.
Siempre es aconsejable comer platos con colores divertidos y bajos en calorías. Ensaladas, verduras salteadas, caldos, cremas, etc...
Cuando comemos fuera de casa, parece que nos apetece más beber vino, por lo que es recomendable una copa de vino tinto. Tomado en sorbos muy pequeños para evitar repetir. El resto de la comida deberíamos tomar únicamente agua. Para el segundo plato, deberíamos pedir algo a la plancha con una guarnición baja en calorías. Verduras, arroz, etc...
Para el postre, solamente una pieza de fruta siempre sin piel
o un yogurt. A la hora del café, siempre evitar el azúcar. Podemos utilizar sacarina, eso evitará que nos sintamos pesados al haber terminado.
Después de ésta comilona conviene que nos relajemos unos 15 minutos o bien charlando de cualquier tema agradable ó caminando sin prisa, dando un agradable paseo.